La crisis energética de Europa ha llevado los precios de la electricidad a nuevos máximos, creando un período de ingresos inesperados a pesar de los límites impuestos por los estados miembros de la UE a los generadores ultramarginales con exposición al mercado, incluidas las energías renovables. Como resultado, la oferta de acuerdos de precio fijo del gobierno en subasta se ha reducido drásticamente. El mercado europeo de acuerdos de compra de energía (PPA) también se desaceleró significativamente en 2022.