La mejora en la densidad de energía de las baterías de vehículos de nueva energía se ha beneficiado del desarrollo de electrodos positivos durante la última década, como el desarrollo de sistemas de materiales con mayor contenido de níquel. Pero se espera que el próximo desarrollo incremental en rendimiento y costo provenga de tecnologías emergentes en otros componentes, incluidos electrodos negativos de próxima generación, baterías de estado sólido y baterías de iones de sodio. La velocidad a la que se adopten estas innovaciones podría tener un impacto significativo en la demanda de materias primas clave como el grafito y el litio.